Estudié Diseño Gráfico en la Universidad de Playa Ancha, pero al terminar mis estudios me di cuenta que me sentía incapaz de enfrentar el mundo laboral al cual iba a entrar, sentía que no podía aportar nada bueno, realmente bueno a las personas, o por lo menos no en la forma que me hubiera gustado. Sumado a eso, otras situaciones en mi vida afectiva me llevaron a sentir que todo lo que había construido se caía a pedazos. Me sentí totalmente perdida y sin darme cuenta entré en una depresión profunda, de la cual mi tía, Susana Durán Kreither – excelente terapeuta ocupacional que desarrolló sus conocimiento en arte terapia corporal, reflexología, trabajo energético, entre otros – me ayudó a salir, encontrando en mí una luz de esperanza, la cual de apoco comenzó a crecer.

Luego conocí a mi segundo maestro en la senda terapéutica, Marcos Riesen, quien dirigía un grupo de arte terapia corporal además de la Casa Oasis en Peñalolén, Santiago. De él y del grupo aprendí lo que es “la atenta escucha” una forma de comunicación donde aprendí a identificar qué pasa en mi con el relato del otro, sin hacer críticas o dar consejos, sino simplemente abrir el corazón y darme cuenta qué emociones siento y en qué lugar de mi cuerpo las siento.

Y fue leyendo el libro “El Cuerpo tiene sus razones” de Thérèse Bertherat que terminó de encenderse en mi el deseo que ser terapeuta y traer a chile una nueva forma de terapia, algo que diera a entender que existe una conexión con el cerebro, las emociones, el cuerpo y la energía, pero desde una base científica, o al menos biológica, real, concreta… pero ¿dónde encontraría eso?

El año 2012 viajé a Buenos Aires para vivenciar la Anti-gimnasia. En esa instancia conocí a María Teresa Zalazar, creadora del método BAM (Biomecánica aplicada al movimiento), me habló sobre una terapia relativamente nueva, en eso años, llamada Descodificación Biológica, que venía de europa, al igual que la anti-gimnasia. En su premisa declaraba poder encontrar una la relación precisa entre un síntoma físico y una vivencia emocional específica. Me pareció algo magnífico, pero al ver que no había posibilidad de realizar una formación en latinoamérica, solamente en francia, abandoné la idea de estudiarla.

Por motivos económicos tuve que dejar las terapias y dedicarme al Diseño, donde me desarrolle en web y aplicaciones móviles, pero siempre en mi corazón estaba ese deseo de “algo más”.

Pero como son las vueltas de la vida, dos años más tarde, un día en casa de mis padres, me encontré a Gutberto Flores – actual director de la Escuela Chilena de Descodificación Biológica de las Enfermedades de La Escuela Francesa de Christian Flèche – quien había llegado hace poco tiempo a chile y había conocido a mi mamá ese mismo día, ambos  trabajando como voluntarios luego del gran incendio en valparaíso el año 2014. Eso fue un gran “WOU” para mi, era la señal clara del Universo que me invitaba nuevamente al camino de la Descodificación.

Tomé varias sesiones con Gutberto que me ayudaron mucho en ese momento ya que estaba pasando por severas crisis de angustia en relación al trabajo.

En ese tiempo, Gutberto estaba asociado con Alejandra Mandiola, terapéuta holísitca, ambos trabajaron juntos para traer la Descodificación Biológica de La Escuela Francesa de Christian Flèche y yo tuve el agrado de ayudar desde el área del diseño en ese proceso.

A fines del 2014 vino Christian Flèche por primera vez a Chile, dictó un seminario de 3 días donde pude por fin escuchar directamente de su boca el origen de las Descodificación Biológica, y cómo él llegó a desarrollarla, además de poder vivenciar por primera vez algunos de los protocolos terapéuticos que hoy uso en sesión con mis pacientes. 

Finalmente el 2015 inició la formación de la Primera Generación de la Escuela Chilena de Descodificación Biológica de las Enfermedades, durante la cual tuve el privilegio de conocer y compartir con Christian, el creador de esta bella terapia y muchos de sus destacados profesores internacionales, como Jean Guillaume, Béatrice Bourau, Stephanie Malavialle, Pierre Olivier, Gladys Helena Tobar y Mahé Gérôme, Master en PNL, certificada por el Institut Ressources (Bélgica).

Durante los 3 años y medio de la formación realicé prácticas supervisadas por profesores de a escuela de pacientes reales, hasta mi titulación en Abril de 2018, cuando abrí mi consulta. Desde entonces he atendido de forma recurrente todo tipo de casos, desde niños, adolescentes y adultos, con enfermedades físicas, problemas emocionales, trastornos de comportamiento.

En la región he realizado charlas y talleres, de los que destaco «Descodificando a tu Diosa», trabajo con descodificación de conflictos femeninos,  «Masaje Tailandés y conflictos motores», «Introducción a la descodificación». He viajado a Rancagua, Santiago y Puerta Varas a realizar charlas y sesiones individuales.

Este gran camino de 8 años tuvo de todo, momentos buenos donde me sentí corriendo hacia mi destino, y otros donde sentía que volvía a caer en la vieja costumbre de rumiar pensamientos negativos. Tuve el agrado de encontrarme conmigo y mirarme desde ángulos diferentes, de conocer un gran set de herramientas que hoy puedo utilizar no solo en mi, sino en quienes me rodean y sobre todo en mis pacientes.

Ahora, conociendo el lenguaje del cuerpo, tengo una consciencia diferente de mí misma, algo a lo cual no puedo negarme o cerrar los ojos, porque la manifestación del cuerpo es pura evidencia de algo mayor que está oculto a la consciencia. En eso está la belleza del inconsciente, no puede no expresarse, como me gusta decir “para el inconsciente todo es cancha”, se expresa en el cuerpo, en las situaciones, en las coincidencias, incluso en los accidentes (que también pueden ser descodificados). Lo más importante de todo es que aprendí que llegar a resolver conflictos profundos y anquilosados es más simple de lo que uno imagina y mantener el estado de salud y bienestar es posible llevando a cabo acciones en base a satisfacer las necesidades: como lo vital, (atrapar el pedazo de…), la protección, la potencia, el movimiento, ser valorado, el contacto, es espacio o territorio, la relación, etc.

En mi caso, esta consciencia me permitió aceptar que necesito movimiento en mi vida, en mi cuerpo, necesito hacer deporte, eso me lleva a la calma del presente. Y así, buscando alguna actividad que me gustara, conocí el AcroYoga, de la mano de Joaquín Rex, quien es maestro en el arte de la consciencia corporal aplicada al movimiento y la acrobacia, además de ser una persona luminosa y un gran amigo.

Juntos desarrollamos talleres de bienestar, unificando nuestras visiones: descodificación, yoga, masaje thai y acroyoga.

Mi intención es seguir creciendo, seguir sanado y seguir compartiendo, cuidando del cuerpo que es nuestro único vehículo en esta experiencia terrenal.